Un hombre que viaja solo en su coche por las extensas y desoladas rutas de la Patagonia, encuentra a un adolescente desvalido, casi muerto de hambre. El joven es un príncipe de un lejano planeta en busca de explorar el Universo. Los dos viajeros, tan dispares, entablan un diálogo que va desnudando con sencillez los grandes interrogantes de la existencia. Así, el viaje se transforma en un auténtico recorrido espiritual que va de la inocencia a la madurez, de lo cotidiano a lo trascendente, y de la tristeza a la alegría y el entusiasmo de vivir.