Afrontémoslo: es inevitable que los niños pequeños se pongan perdidos al comer, pero no hay que darlo todo por perdido. Nuestro salvamanteles portátil de silicona es superadherente, y se queda bien pegado a la mesa por mucho que tarden los niños en terminarse la comida. A los pequeñines les encantarán los divertidos animalitos, y a los papás les chiflará el borde levantado que evita que se salgan las migas o ruede algún trozo de carne por la mesa o hasta por el suelo. Terminada la diversión y con la tripita llena, el salvamanteles se pliega, se cierra y se lleva a la cocina para lavarlo fácil y rápidamente en el fregadero o en el lavavajillas. Es perfecto para comer en casa, pero ideal también para llevárselo a cualquier parte, ya que evita que la comida y las manitas toquen mesas o superficies sucias. La hora de las comidas será más fácil de digerir.